Coloquialmente conocido como pez diablo, en realidad se trata de un pez de la familia de los bagres originario de América del Sur. Fue introducido en México por la mano del hombre y se popularizó como un pez limpia peceras que llegó a los cuerpos de agua de distintas zonas del país.

Uno de los primeros reportes de reproducción e invasión territorial fue en el estado de Michoacán, en la presa Adolfo López Mateos (conocida popularmente como el infiernillo). Debido a su aspecto acorazado, color oscuro, carne roja y el sobrenombre de la presa se le nombró de manera popular como “pez diablo”; posteriormente, se distribuyó en zonas lacustres teniendo mayor presencia en estados de Campeche, Chiapas y Tabasco.

Un pez muy nutritivo

Diferentes investigaciones apuntan a que el pez diablo posee nutrientes sobresalientes para la alimentación humana, entre ellos:

  • alto contenido de ácidos grasos, los cuales ayudan a mantener una buena salud
  • Omega 3
  • Vitamina A

De los dos últimos, se demostró que el pez diablo contiene mayor cantidad de estos elementos en comparación con el atún y el salmón.

Este pez se alimenta de microalgas que se encuentran en su entorno, sin embargo su aspecto y fama de ser un alimento tóxico ha hecho que no tenga valor comercial.

Se considera una plaga difícil de exterminar debido a que el pez diablo puede sobrevivir en condiciones extremas, ya que es muy territorial y tiene una alta tasa de natalidad.

Estas características se suman a que hay pocos depredadores naturales. Incluso, es capaz de sobrevivir por varios minutos fuera del agua, gracias a su complejo sistema respiratorio.

Una estrategia sustentable

En el estado de Tabasco se han planteado iniciativas para el consumo y comercialización bajo su nuevo nombre: Bagre armado.

De este modo se empaquetan los filetes de pescado al alto vacío, para combatir los estragos económicos y sociales que el pez ha dejado a su paso afectando a las personas que dependen del sector pesquero.

Al comercializarlo hay esperanzas en la recuperación tanto económica como ecológica del entorno, y quien se anime a cocinarlo tendrá un nuevo sabor en sus platillos.

El filete del pez diablo es de sabor suave y textura firme, por lo que resulta ideal para prepararse en las siguientes recetas:

  • empanizado
  • frito
  • empapelado
  • ceviche

Con ingredientes y recetas locales, será una alternativa perfecta para platillos mexicanos.

Tiene un plus más: gracias a sus características organolépticas el filete puede cocinarse casi con cualquier preparación a un costo accesible, saludable y sustentable.

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